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V Consulta Regional de los Pueblos, Movimientos Sociales y Organizaciones de la Sociedad Civil por la Soberanía Alimentaria y la Justicia Social. Hacia la 34° Conferencia Regional de la FAO, para América latina y el Caribe

marzo 3, 2016

La unidad y la organización en torno al principio político de la Soberanía Alimentaria es hoy más necesario que nunca en el contexto continental y mundial Nosotras y nosotros, mujeres y hombres, representantes de 20 países y 14 redes articuladas en plataformas sociales, regionales y sub-regionales integradas por productoras y productores de alimentos, habitantes de campos, costas, sierras, islas, estepas, pastizales y montañas de América Latina y Caribe, reunidos en esta consulta, camino hacia la 34ava Conferencia Regional de FAO, que se realizara en la ciudad de México los días 29 de febrero al 03 de marzo del corriente año.   Nos solidarizamos con el pueblo de México y las luchas de los movimientos campesinos, también con las familias de los estudiantes normalistas rurales desaparecidos de Ayotzinapa. Con las personas privadas de su libertad por las luchas del territorio, bienes naturales y por la Soberanía Alimentaria. Nos oponemos a las prácticas de erradicación de las familias campesinas e indígenas en la región como ha sucedido recientemente en la provincia de Mendoza, Argentina, con el desalojo de los pequeños agricultores. Celebramos los avances de algunos gobiernos en acciones positivas hacia la Soberanía Alimentaria integrándolas en las políticas públicas en sus respectivos países y agradecemos el espacio que nos han brindado, esperando que los Estados Miembros presentes consideren esta declaración para definición de la agenda FAO para el próximo bienio. Siguiendo el proceso iniciado en las anteriores consultas a las plataformas y movimientos sociales previas a las conferencias regionales de la FAO, reafirmamos nuestros compromisos en la lucha para continuar desarrollando la producción a pequeña escala de alimentos saludables y culturalmente apropiados, contribuyendo a erradicar el hambre y la pobreza en el marco de los Objetivos del Desarrollo Sostenible de la agenda de desarrollo 2030, considerando los Tratados y Acuerdos Regionales e Internacionales[1]. Este es un punto de encuentro y acción para los Pueblos Indígenas, Agricultura Campesina, Trabajadoras y Trabajadores Rurales, Pastoriles, Defensores Ambientales, Pescadores Artesanales al tiempo que se abre un campo de diálogo y encuentro con poblaciones urbanas, trabajadores y pueblo en general.   Al mismo tiempo nuestra experiencia como organizaciones y redes continentales, articuladas en la Alianza para la Soberanía Alimentaria junto a otras plataformas, ratifican que no hay políticas públicas inclusivas ni acciones efectivas hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible si no se jerarquiza el principio de Soberanía Alimentaria a través de la Agroecología en su construcción. Y esta nueva consulta previa a la 34 Conferencia Regional de FAO es una ratificación de ello. No renunciaremos a nuestros principios y derechos, en los cuales confluimos desde nuestras identidades, y desde este mismo principio denunciamos las falsas soluciones al hambre y la pobreza rural: los mercados de carbono, la economía verde, la biotecnología y la «agricultura climáticamente inteligente».   Por lo tanto cuestionamos las propuestas que incrementan la dependencia de la producción de alimentos del capitalismo, explotando a poblaciones, trabajadores/as y ecosistemas bajo la política y estrategias de mercantilización y lucro en contraposición al derecho a la alimentación y la Soberanía Alimentaria como un derecho humano fundamental, contribuyendo a la autonomía, a la paz, a la nutrición apropiada libre de transgénicos para la vida digna de poblaciones rurales y urbanas.   El Acuerdo de Paris no representa para nosotros un hito para combatir el cambio climático. Este acuerdo no tiene carácter obligatorio, plantea solo una adaptación y no combate las causas reales que agudizan el cambio climático. Se presenta como un éxito pero, en realidad, fue un retroceso, ya que se quitó el carácter vinculante emanado del Protocolo de Kioto que llamaba a los países más contaminantes a reducir sus emisiones; y se sustituyó por un sistema de compensación basado en el mercado de carbono vinculado a los monocultivos y plantaciones forestales.   Estos mecanismos son Falsas Soluciones al Cambio Climático. Por esta razón, rechazamos la introducción del concepto de agricultura climáticamente inteligente y la definición de bosques de la FAO y su programa ONU REDD como la solución al problema de cambio climático. Hoy, el sistema agroalimentario a gran escala es el responsable de entre el 41 y el 54% de los gases de efecto invernadero.   Por eso proponemos que:   Se reconozca el papel de la Pesca Artesanal y la acuicultura en el consumo de los productos hidrobiológicos para garantizar la seguridad y la soberanía alimentaria en las comunidades del mundo. Los Estados deben promover políticas públicas para la preservación y el ordenamiento de una pesca responsable y sostenible incluyendo el consumo de nuestros recursos para la nutrición; aportando con financiamiento e infraestructura, con acceso a los mercados, seguridad social e incentivos para mejorar un desarrollo productivo, con la participación del sector pesquero mundial ya que somos un complemento importante en la cultura familiar   Pedimos el reconocimiento, fortalecimiento y acompañamiento de los gobiernos y organismos internacionales de la FAO y el FIDA a los Comités Nacionales que participaron en las acciones al calor del Año Internacional de la Agricultura Familiar AIAF 2014, como espacios nacionales de diálogo e interlocución entre los agricultores familiares, campesinos e indígenas, pesca artesanal y pastoralistas con los gobiernos, más aun por el compromiso global de la década de la agricultura familiar AIAF+10.   Sobre los desafíos para la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible declaramos que los impactos de las industrias extractivas vienen siendo negativos para los pueblos indígenas, situación que se ha agudizado en las últimas décadas. Las empresas tienen las mismas obligaciones y responsabilidades en la protección de los derechos de los pueblos y de respetar nuestros derechos fundamentales como el Consentimiento Libre, Previo e Informado, como un marco sin precedente, a favor de las mujeres, la juventud y la adultez de estos Impactos negativos que sufren más las mujeres producto del extractivismo y la depredación de los recursos naturales en los territorios ancestrales afectados, es necesario también erradicar la militarización y el desplazamiento forzado[2]   Sobre la educación, proponemos y exigimos que la inversión y el acceso a la tierra de atención específica a la inserción de los jóvenes para que puedan quedarse en los pueblos rurales y territorios indígenas, promoviendo los incentivos de tecnologías apropiadas con investigación, acción participativa y respeto de los saberes de las distintas generaciones en los territorios para las nuevas generaciones en el campo, a través de la producción agroecológica de alimentos.   Las comunidades pastoriles pedimos la inclusión de medios de consulta participativos de acuerdo a la realidad de aislamiento de nuestras comunidades y de los ambientes donde viven nuestras familias. Asegurando la presencia de políticas diferenciadas para la tenencia de la tierra, programas de desarrollo y acceso a servicios.   Entendemos y defendemos la agroecología como una forma clave de resistencia a un sistema económico que antepone la ganancia a la vida. Nuestras diversas formas de producción de alimentos a pequeña escala basados en la agroecología generan conocimientos locales, promueven la justicia social; alimentan la identidad, la cultura y refuerzan la viabilidad económica de las zonas rurales. Declaración de Nyeleny en 2015, Mali.   Proponemos evaluar el impacto que tendrá el Acuerdo de París en la agricultura de pequeña escala por el énfasis que tiene este en la mercantilización del clima. Se debe reconocer el rol de los productores de alimento a pequeña escala y la agricultura familiar no como poblaciones vulnerables ni una parte interesada más, sino como los titulares de derechos y actores fundamentales para enfriar el planeta. Si los Estados proponen mecanismos de adaptación y mitigación al cambio climático, estos se deben construir sobre la base de conocimiento tradicional y ancestral. Instamos a los Estados y a la FAO a seguir avanzando en la construcción de diálogos con la participación de movimientos y plataformas sociales. La agroecología es un derecho de los pueblos, por la Soberanía Alimentaria YA.   Ciudad de Panamá, 19, 20 de febrero de 2016. [1] La Declaración Universal de Derechos Humanos (10 de diciembre de 1948), El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (3 de enero de 1976), La Declaración de los Pueblos Indígenas (13.09.2007), La Carta de los Derechos Campesinos en discusión, además las Directrices voluntarias sobre la gobernanza responsable de la tenencia de la tierra, la pesca y los bosques en el contexto de la seguridad alimentaria (11.05 2012), las Directrices Voluntarias para Asegurar la Pesca Sostenible en Pequeña Escala (10 de junio 2014), la Declaración de la Década de la Agricultura Familiar (2015 – 2025) y la CEDAW (18 diciembre de 1979), que nos respalda sobre la eliminación de toda forma de violencia contra las mujeres. CARICOM Food and Nutrition Policy (13.09. 2010), Climate Change of the Caribbean Regional Strategy for Agriculture Development Resilient to climate change (2009 – 2015), Caribbean Community Common Fisheries Policy [2] Posicionamiento político y plan de acción de las mujeres indígenas del mundo, lima 2013)